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Ciberataques: educar es la única solución

La gran dificultad para enfrentar los delitos informáticos es la de acreditar la autoría y participación, lo que se hace mucho más complejo al no contar con equipamiento, infraestructura y personal realmente capacitado y actualizado en la digitalización que avanza extremadamente rápido. Pero, más aún, aunque se logre acreditar la participación de una persona en dichos delitos, la mayoría de los ciberataques o delitos informáticos provienen desde el extranjero, lo que dificulta la aplicación de la territorialidad de la ley penal. Un ejemplo hipotético: Una importante empresa chilena recibe un ataque informático desde un servidor que se encuentra alojado en Centro América, pero los autores del hecho se encuentran presencialmente en Albania y los fondos desviados, en una cuenta bancaria en Estonia. Esto impone un desafío importante para los avances de la tecnología, ya sea en el mundo material como en el digital, a través del metaverso, en las transacciones efectuadas mediante criptoactivos, los NFT (non fungible tokens) y la validación de información instantánea a través del Blockchaine, entre otros escenarios.

Con los avances del 5G, el traspaso de información es casi instantáneo, lo que hace que cualquier robo de información sensible y secreta pueda ser obtenida en fracción de segundos. En este sentido, el hackeo al Estado Mayor Conjunto permite ver con claridad lo vulnerable de nuestras instituciones. Todos los días diversas industrias son víctimas de la ciberdelincuencia: banca, agro, salud, minería, pesqueras, retail, telecomunicaciones, farmacéuticas y sectores regulados. Dicha vulnerabilidad podría llegar a la infraestructura crítica del país, como lo ocurrido en 2014 en Corea del Sur, país que sufrió un ciberataque a una de sus plantas de energía nuclear, con nefastas consecuencias para toda su población. 

Actualmente, la ciberseguridad debe representar uno de los aspectos más importantes de una sociedad movida por la digitalización y por nuevas generaciones cada día más “conectadas” y en donde todas las personas e instituciones son potenciales blancos de cibercriminalidad, ya sea a través de Malwares, Spyware, Ransomware, Adware, Phishing, Pharming, Doxing, DDoS, Exploits, y Whalings, entre otros.

Actualmente, la ciberseguridad debe representar uno de los aspectos más importantes de una sociedad movida por la digitalización y por nuevas generaciones cada día más “conectadas” y en donde todas las personas e instituciones son potenciales blancos de cibercriminalidad, ya sea a través de Malwares, Spyware, Ransomware, Adware, Phishing, Pharming, Doxing, DDoS, Exploits, y Whalings, entre otros.

Todos quienes buscan un espacio seguro para poder desarrollar sus actividades en el nuevo mundo digital, se ven vulnerables ante los ciberataques, que tienen como objetivo generar pérdidas económicas, de reputación, de un negocio, pérdida de operatividad diaria y afectación entre consumidores y proveedores, entre otros.

En conclusión, el llamado es a generar mecanismos y concientización en nuestra sociedad que puedan prevenir tempranamente acontecimientos de ciberdelincuencia, no solo en aspectos tan importantes como la seguridad nacional, sino que también generar educación informática temprana y de calidad en los niños, niñas y adolescentes quienes muchas veces son quienes se ven más expuestos a un mundo en el que internet parece no tener límites, lo que se traduce en que el presente problema es transversal y no reconoce límites, pudiendo ser víctimas de estos delitos incluso compañías y personas que no se han logrado percatar de ello. Tal como lo dijo John Chambers, el ex presidente ejecutivo y CEO de Cisco Systems: “Hay dos tipos de empresas, las que han sido hackeadas y aquellas que han sido hackeadas, pero no lo saben”.

Bernardo Rosenberg Pérez
Socio Reymond Abogados